
Mi Experiencia en Sanación Angelical
Este segmento lo cree para compartirles en primera persona un proceso que con el tiempo se convirtió en un servicio terapéutico.
A mis pacientes y consultantes siempre les menciono: «No crean nada de lo que les digo. Experiméntenlo en su vida y ahí sabrán si lo que les digo es o no efectivo».
Por otra parte también les comento que toda herramienta que recomiendo, previamente ya fue experimentada por mí. Con esto, la ofrezco con confianza. Sabiendo que no va a ser efectiva en el 100% de los casos pero teniendo la certeza que al menos yo pude comprobar sus beneficios.
Mi historia sobre Sanación Angelical
Cuando era pequeña no rezaba el ángel de la guarda por miedo a que se me aparezca. Cuando recuerdo esto, digo que mal informada habré estado para pensar de esa manera…
De grande esto comenzó a cambiar. Tengo una tía muy especial a quien llamo tía Bonita, que me compartió relatos de situaciones muy angelicales que sucedieron tanto en su vida como en la de su hija. Si la escuchan se les erizaría la piel.
Ella fue quien me enseñó que el ángel de la guarda es nuestro guía durante toda la vida y no sólo en nuestra infancia.
Un día me preguntó si sabía el nombre de mi ángel guardián a lo que respondí que no y que además no tenía idea cómo saberlo. Ella me enseño qué tenía que hacer.
Mi ángel de la guarda se llama Yamel. En mi círculo más íntimo es muy conocido, porque muchas veces mis amigas le pedían cosas y si estas eran puras y vibraban en amor, el las concedía.
Generalmente yo le pedía a Yamel por los demás no por mí. Pero un día entendí que era mi ángel y que le podía pedir asistencia cuando lo necesitara porque el estaba ahí para ayudarme.
Corría el año 2013, tenía un viaje programado a Paraná para avanzar con el proceso de mi tesis. Ese viaje fue mágico de principio a fin, pero trataré de puntualizar las cuestiones más relevantes y significativas.
Hice los trámites en mi facultad, uno en particular era muy necesario obtener mi constancia de alumno regular. Cuando la tuve me dirigí a una reunión que tenía en el departamento de tesis. Al salir me sentí abrumada, realmente me di cuenta que era mucho para mí. Y sobre todo en ese momento, que estaba embarazada y que comenzaba a ver que muchas cosas tendría que hacerlo con una gestación avanzada o con un bebé recién nacido.
Recuerdo el momento en que estando afuera del edificio donde tenía mi reunión, tome mi vientre con ambas manos y miré al cielo y dije: «Yamel necesito que me envíes una señal para saber si ¿voy a poder con todo esto?, ¿va a salir bien mi tesis y mi embarazo?
Tome un taxi, fui a la terminal y compré el pasaje de regreso presentando una fotocopia de constancia de alumno regular.
Con mi pasaje en mano me dirigí a la plataforma donde el colectivo iba a salir.
Mientras esperaba veía que la boletería se llenaba de gente para sacar boleto. En eso llega mi colectivo. Tomo el pasaje y descubro, para mi asombro, que el pasaje no decía mi nombre. En ese momento entre a preocuparme mucho… No tenía tiempo para cambiarlo. La gente subía al colectivo, la boletería estaba llena. Y mi cabeza no paraba de pensar en que también había sido en vano mi trámite en la facultad ya que, si el pasaje me lo habían dado con la presentación de mi constancia de alumno regular eso también estaba mal. Mientras me acerco a la cola, empiezo a pensar que si hay un accidente en este viaje yo no figuro que estoy.
Reviso mis papeles y mi papel de la facultad estaba bien expedido. Entonces se equivocó la chica de la boletería. Entregada, tomé mi pasaje y antes de dárselo al chofer lo miré, para saber quien iba a viajar realmente en ese viaje en mi lugar. No recuerdo su apellido pero su nombre nunca lo voy a olvidar «ÁNGEL».
En ese momento sonreí y miré al cielo y dije: «Sos tremendo Yamel». Entendí que todo el viaje, la tesis, mi embarazo iban a estar bien.
¿Qué ofrezco en este servicio?
Los mensajes de los ángeles están allí siempre que los solicitamos. Después de una experiencia como esta decidí tenerlos cerca siempre y ayudar a otros a que puedan conectar y recibir sus mensaje de luz.
Gracias a mi tía Mometa, descubrí el Tarot de Ángeles incluso ella me regaló las cartas.
Hoy ofrezco este servicio para acercarte a tus guías, ellos están ahí para vos pero son muy prudentes y no acudan a ti sino los convocas.