
Mi Experiencia al dibujar Geometría Sagrada
Este segmento lo cree para compartirles en primera persona un proceso que se convirtió en un servicio terapéutico.
A mis pacientes y consultantes siempre les menciono: «No crean nada de lo que les digo. Experiméntenlo en su vida y ahí sabrán si lo que les digo es o no efectivo».
Por otra parte también les comento que toda herramienta que recomiendo, previamente ya fue experimentada por mí. Con esto, la ofrezco con confianza. Sabiendo que no va a ser efectiva en el 100% de los casos pero teniendo la certeza que al menos yo pude comprobar sus beneficios.
Mi historia al dibujar Geometría Sagrada
La Geometría llegó a mi vida como a cualquier persona, «en la escuela» Realmente no me gustaba, de hecho, reconozco que me ponían nerviosas esas clases. No era lo mío el uso de la escuadra, el transportar y sobre todo el compás.
Recuerdo que utilizarlo era muy frustrante porque siempre se movía y te salía cualquier cosa. En algunos lugares el trazo estaba corrido, en otros no se había marcado y en algunas partes había quedado remarcado. Muy desprolijo todo. Sin contar cuando la punta se quebraba.
Hace poco redescubrí a la geometría y la verdad distaba mucho del recuerdo que grabé en mi memoria sobre ella. Volví a tener un compás en mi mano, y debo reconocer que la niña frustrada emergió pero la apacigüe para que se permita tener una nueva experiencia.
Conectar con la Geometría Sagrada me brindó la oportunidad de reconocer mis emociones, aceptarlas para luego gestionarlas.
Esto me pareció una maravilla porque la verdad vivimos en tiempos, donde más allá de bellos discursos, no se le da lugar a las emociones. En cambio, se las cuestiona, se las reprime, se las niega, se las pretende controlar. Pareciera que una emoción fuera digna de castigo y vergüenza.
Una de los aprendizaje que adquirí es que las medidas son profanas y las proporciones sagradas, que bello esto. No se utilizan reglas para medir. En esta técnica la medida la determinamos con partes de nuestros cuerpo. Somos que son un fractal de todo lo creado, ya sea una flor o una galaxia.
La primera vez que medité para dar establecer contacto con mi figura primordial fue maravilloso. Primero observé una figura plana, luego esta se hizo en 3D hasta que finalmente logré verla en su totalidad, girando sobre si misma. Sentí verme en mi origen, en mi estado puro.
Es movilizante meditar y luego trazar, porque la hoja representa ese vacío cuántico lleno de potencialidades, que se impregna con nuestra energía cuando pinchamos el papel con el compás. En este instante anclamos nuestra energía y todo lo que viene después es la expresión del estado nuestro ser interno.
¿Qué ofrezco en este servicio?
A través de la Geometría Sagrada podemos percibir el verdadero estado de nuestro ser, porque mediante el trazado de las figuras geométricas nos vamos dibujando a nosotros mismos. Hay ejercicios para trabajar desde la bidimensionalidad otros trabajan la tridimensionalidad.
Hay diversas meditaciones y distintas figuras geométricas por trazar. En cada una de ellas se movilizan distintos aspectos: aquietamiento de los pensamientos, relajación corporal, estabilización emocional, conexión de nuestros pensamientos con nuestras emociones, etc.
Soltar el control y dejar que nuestro mano haga lo que tiene que hacer es algo que cuesta, porque cuando aparece un trazo fuera de control, lo primero que todos queremos hacer es borrarlo y corregirlo. Pero en Geometría Sagrada nada es un error, todo es información sobre todo en el lugar en donde ese dato apareció. Porque la persona mira su trazo y detiene su mirada ahí, donde algo no salió como esperaba.
Allí no hay un error en el diseño, allí está expresado donde hay que trabajar.