Comencé terapia cuando mi niña tenía aproximadamente 1 año.
Con su nacimiento florecieron sentimientos y pensamientos que nunca había sentido.
Y no se trataba simplemente de una depresión postparto. Era algo más profundo, era mi niña interior pidiendo a gritos que la ayudara.
Fue ahí que aparece ella, mi psicóloga, que en la primer sesión me dijo cuál era la problemática en mi.
Desde allí ella empezó a trabajar, con mucho amor, mucha dulzura y paciencia.
Trabajamos en mi, mis miedos, mis traumas.
Mi vida comenzó a cambiar, todo se iba acomodando.
Pero había algo más, mi situación laboral estaba estancada, y allí también ella estuvo sosteniéndome y ayudándome.
Me dio alas, para emprender un vuelo del cual no quiero bajar.
Hoy disfruto, conecto, y crezco junto a mi hija. Eso no quita que hay días que estoy cansada y quiero salir corriendo 🤭🤭🤭
Gracias Siomara por tu profesionalismo, y por tu amor.