Cuando era una niña visitaba con mi madre a mi tía, todo era normal, pero un día fui abusada por mi primo adolescente.
Pronto tuve mi primer menstruación. En ese momento mi madre me habló del ciclo de la menstruación, reproducción y embarazo.
Ese día cambió para siempre algo en mi, el de NO permitir que ninguna persona toque mi cuerpo.
Lo vivido me causó angustia, que me acompañó a lo largo de mi vida. Ese secreto no me dejaba vivir en paz…
Empecé terapia y confié mi secreto a mi psicóloga. Me sentí aliviada por hacerme reflexionar que no era mi culpa.
Hace años me detectaron un nódulo tiroideo y después de trabajar el tema del abuso, el nódulo fue sanado, no logró ser maligno. Además tenía quistes en el ovario y desaparecieron.
La terapia me fortaleció como persona y me dio las herramientas para una mejor calidad de vida.
Esta y más historias, las podés encontrar en "Testimonios" - Los pacientes andan diciendo…